lunes, 22 de agosto de 2016

ALMAS ATORMENTADAS

Lo miro dormir. Aun no se porque está a mi lado. Hace unos meses decidimos vivir juntos después de casi un año de relación. La verdad es que al principio no estaba segura de que fuera una buena idea pero como siempre me convenció a su manera. 

Nos conocimos en una noche de verano, donde dos almas atormentadas fueron juntadas por el destino. Somo inseparables. Pero como sucede en todas las relaciones están las inseguridades que crean discusiones. El resultado de muchas de las discusiones ha sido enfadarnos hasta el punto de no hablarnos, pero al día siguiente nos veíamos y todo se solucionaba.
Somos personas tan distintas que muchas veces no nos entendemos, pero así mismo nos queremos con locura. Es un amor de almas que nunca pensaron enamorarse. Siempre estamos al lado de uno en los momentos más difíciles, pero como ocurre con cada alma atormentada aparenta estar bien o intenta alejar a las personas para no causar problemas. Pero así mismo cada uno lucho por estar al lado del otro aunque a veces sea muy difícil. 

Salgo de la cama sin hacer ningún ruido. Voy al baño donde me miro al espejo y miro mis cicatrices, tanto las que se ven como las que no. Al principio tenía miedo de que las viera y se alejara de mi pero al final nos dimos cuenta que los dos teníamos el mismo tiempo. Me pongo de perfil y admiro como mi barriga va creciendo, es el resultado de la unión de estas dos almas oscuras. Es nuestra luz, una luz que protegeremos aunque nos lleve la vida en ello. Me ducho y vuelvo a la habitación donde aún duerme mi otra mitad. Le doy un beso en los labios que hace que sus ojos se abran. 
Con un rápido movimiento me tumba en la cama y el encima mío. Me comienzo a reír cuando me hace cosquillas, después de darle un beso a mi barriga comienza a besarme a mi. El beso se hace cada vez más profundo hasta que nuestras almas se unen en una.

Después de un par de horas al fin hemos consegudio salir de casa. Abrazados y entre besos comenzamos a caminar hacia nuestros respectivos trabajos. Al llegar nos despedimos con un beso largo. Antes de entrar en la tienda lo veo marchar. Pero sé que dentro de unas horas volverá a por mí y con una sonrisa en la cara entro a trabajar.

viernes, 5 de agosto de 2016

SUSURROS - EPILOGO

Han pasado varios meses desde que somos libres. En estos meses he conseguido la custodia de Aurora. No ha habido ningún problema. Nos hemos unido mucho como familia. Somos todos felices. Los gemelos se han casado en una boda doble. Todo fue muy bonito y gracioso. Incluso se han comprado cada pareja una casa idéntica a la otra, pero solo por fuero por dentro es todo muy distinto. Una casa tiene decoración minimalista mientras que en la otra la decoración es hippie. Mireia y Tom son muy felices, el matrimonio está esperando a su segundo hijo. Lara y Aurora se han hecho inseparables.
James me ha ayudado a que no vuelvo a centro de psiquiatría, redacto un informe donde decía que no tenía ningún trastorno y podía hacerme cargo de una niña sin ningún tipo de problema, después de eso no lo hemos vuelto a ver.

Tanto Aurora como yo estamos viviendo con mi pelirrojo. Somos una pequeña familia. Al principio no sabía que iba a hacer, todos me decían que me quedase con ellos pero no me podía quedar. Así que hice las maletas y cogiendo a la niña me fui, pero no llegue muy lejos. Incluso antes de cerrar la puerta, mi pelirrojo me cogió de la mano y antes de que pudiera decir algo me beso delante de todos.
-  He sido un tonto intentando no hacerle caso a mis sentimientos – me dijo. – No quiero perderte por mi cabezonería.
-  ¿Qué quieres decir? – le pregunte con lagrimas en los ojos.
-  ¿Quieres ser mi novia y vivir conmigo? – me pregunto.
-  Pero también se tiene que quedar la niña – le dije.
-  Si puedes aguantar a este cabezota, la niña será nuestra pequeñita – me dijo.
Después de aceptar nos dimos un gran beso, todos nos felicitaron y desde ese día vivimos todos juntos. También descubrimos que él es el único que nos puede ver porque es mi pareja para toda la vida. Aurora nos llama papa y mama, la primera vez que lo dijo le explicamos que ella ya tenía unos padres.
-  Ya lo sé – nos dijo – pero ahora vosotros sois mis nuevos padres.
Somos una familia pequeña. Hoy es el cumpleaños de mi pelirrojo. Vamos hacer una pequeña fiesta en casa. Donde viene toda nuestra familia y amigos.

Mi pelirrojo está hablando con los gemelos. Y yo con unos compañeros suyos. La verdad  es que nos hemos hecho muy buenos amigos. Cada vez que podemos salimos en parejas y nos divertimos como si no tuviéramos responsabilidades.
-  P.J ha tenido suerte de poder celebrar su cumpleaños – dice uno de sus amigos.
-  ¿Por qué lo dices? – le pregunto.
-  No te acuerdas, en una semana nos vamos a una misión por tiempo indefinido – me dice con una sonrisa pero ojos tristes por separarse de su familia.
Me quedo blanca como el papel. El vaso se me cae al suelo. Mis ojos se me llenan de lágrimas. No me ha dicho nada. Queda una semana y yo no sé nada. Todo comienza a darme vueltas.
-  ¿Qué pasa? – me dice mi pelirrojo poniéndose delante mi.
-  Te odio – le digo llorando. – Nos dejas solas.
-  Cariño te lo iba a decir pero no sabía cómo – me dice tratando de abrazarme.
-   No me toques – digo gritándole delante de todos. – Eres un mentiroso, en una semana te vas y no sabes cuándo volverás.
Grito más fuerte y de repente me doblo de dolor. Ahora mi grito es de dolor mientras todo se vuelve más borroso. Me veo mis manos y aparece mi tatuaje. Grito y lloro del dolor que he sentido. De repente todo se queda negro.


Sé que no he hecho bien al no contarle que me iba. Pero de solo pensar que me voy a separar de mis las dos mujeres de mi vida me mata por dentro. Ahora lo he empeorado todo. Estoy en la habitación con Sue y un amigo que es médico. Aurora no para de llorar. No me quiere ni mirar porque me echa la culpa de la situación de su mama.
Mi amigo me pide que me vaya de la habitación, intento oponerme pero me dice que necesita estar sola con ella. Espero fuera. Después de unos diez minutos mi amigo sale de la habitación. Me dice que Sue me quiere ver.
Esta sentada en la cama. Sus manos tapan su cara. Me acerco a ella y le abrazo. Intento que se tranquilice para poder hablar.
-  ¿Qué pasa, mi amor? – le pregunto.
-  Estoy embarazada – me dice mirándome los ojos. – P.J tengo miedo y ahora tú te irás.
-  Mi amor antes me mataba solo pensar en dejaros y ahora no se qué hacer – le digo. – No quiero irme pero es mi trabajo.
-  Lo sé – me dice limpiándose las lagrimas.
-  Te prometo que esta será mi última misión – le digo. – Después cuidare de todos vosotros – le digo tocándole la barriga aun plana.



Han pasado seis meses desde que mi pelirrojo se fue. Durante estos meses nos hemos enviado cartas con fotos para que vea como estamos. No sabía cuando le tardaría en llegar. Pero siempre tenía contestación. En su última carta me pedía que no le enviase más cartas porque irían a un sitio durante un tiempo donde no podría recibir nada.
Se ha perdido casi todo el embarazo, pero le he ido mandando fotos de la evolución de mi estado. Aurora está más que feliz de saber que tendrá hermanitos. Digo hermanitos porque nos hemos enterado de que serán mellizos. Decidí darle una sorpresa a mi pelirrojo cuando llegase a casa. He decidido tenerlo en casa, al contarle la idea a P.J se enfado conmigo diciendo que tendría que ir al hospital. Para mi suerte el no está aquí, así que un amigo nuestro que es medico contacto un doctor que llevara el parto y también es el pediatra de Aurora.

Llevo casi nueve meses embarazada, casi no puedo ni moverme pero estoy feliz y a la vez nerviosa por traer a este mundo a mis niños. Mi pelirrojo aun no ha vuelto y tampoco hemos intercambiado cartas. Tengo miedo de que no esté aquí en el momento del parto. Mi niña me está ayudando mucho.
Una mañana en  que nos estamos bañando las dos juntas después de haberme pintado mi barriga con pintura, escuchamos la puerta de abajo cerrarse. Primero sale Aurora y se pone la bata, después me ayuda a mí. Nada más abrir la puerta nos encontramos con P.J, Aurora grita de alegría y se lanza a sus brazos. Yo también me lanzo a sus brazos. De repente noto una contracción. Me separo de ella y comienzo a respirar e inspirar hasta que se pase el dolor.
-  ¿Qué pasa? – me pregunta mi pelirrojo cuando me ve.
-  Llevo así desde la madrugada – le digo. – El médico ya viene.
-  ¡Pero porque no estás en un hospital! – me grita.
-  Primero te tranquilizas – le digo enfadándome un poco – y segundo me dijo que tardaría horas en dilatar. Solo tengo que controlar las contracciones.

Diez minutos después llega el médico. Yo estoy tumbada en la cama, mi pelirrojo me coge de las manos y el médico con su enfermera me están ayudando. A las cuatro de la tarde nace una niñita pelirroja y a las cuatro y cinco minutos nace otra preciosa niña rubia.

Los días han pasado y toda la familia está reunida en casa. Todos tienen ojos para las gemelas pero nuestra pequeña Aurora no deja que nadie se acerca. Así que ha creado una ilusión. Nos reímos porque no tardara en dolerle la cabeza. Somos muy felices. Mi pelirrojo ha dejado las misiones para quedarse con todas sus mujeres. Nuestros amigos se burlan de P.J porque se volverá loco con tanta mujer.

Nos hemos dado cuenta que mis niñas son mujeres Kyvattarius. Así que mi pelirrojo las protege de todo. Sé que en un futuro será un problema pero como familia lo afrontaremos. Somos tan felices que nada ni nadie nos harán que nuestra felicidad desaparezca. Como mujeres Kyvattarius sobreviviremos a todos y sernos muy felices. 






FIN