Han pasado dos días desde que estamos en la casa de nuestro pelirrojo.
Hemos ideado un plan para poder ser libres. Sé que conseguiremos eliminar a
nuestros cazadores. Así que después de idear nuestro plan nos vamos. Nos vamos
en tres coches. En un coche van Tom y su familia, en otro los dos pares de
gemelos y el tercer coche vamos Aurora, P.J y yo. Nuestro plan consiste en
nosotros ser los cazadores.
No tardamos en llegar a nuestro destino. Estamos en una montaña. Es el
lugar más alto para conectar con el cielo. Mientras estamos aquí, preparamos
todo lo que necesitamos. Al final nos quedamos nosotros dos solas, mientras los
demás se han escondido. Todo tiene que llegar a su fin. La niña y yo queremos
ser felices. Queremos vivir sin tener que preocuparnos que nos sigan. Sé que
cuando terminemos con los cazadores, es solo el principio para llegar a nuestra
libertad.
Nuestros objetivos no tardan en aparecer. Dos cazadores. Aurora y yo nos
cogemos de las manos para desarrollar los dones. Los poderes no tardan en
aparecer. Ellos también utilizan su magia. Se escuchan disparos, estos son mis
amigos. Solos los hieren, nosotras somos las únicas que los podemos matar con
nuestras propias manos.
Aurora no tarda en acabar con su cazador. Juega con él hasta que le clava
una daga en el corazón y cogiendo la otra daga le raja el cuello. Mi cazador es
el siguiente en caer. Utilizo otras dos dagas, hago lo mismo que ha hecho la
niña. Han aparecido más cazadores pero solo se llevan los cuerpos de sus
amigos.
Todo ha terminado. Mi prima y yo nos abrazamos. Una luz nos envuelve. Al
abrir los ojos nos encontramos con nuestra familia. Todos nos miran
sorprendidos.
- Tu cabello ha crecido – grita la niña mirándome.
La miro y veo que ella ha vuelto a ser como antes. Su cabello ha crecido,
incluso está un poco más largo. En sus ojos hay motitas doradas, antes no
estaban. Todos nos abrazamos y celebramos que somos libres. Ahora podemos
seguir con nuestras vidas.
Todos vamos a la casa del pelirrojo. Allí mientras los hombres preparan una
gran cena nosotras nos arreglamos. En el espejo veo mi cambio. Me ha crecido el
cabello, también me han aparecido las motitas doradas en mis ojos. Al
desnudarme veo que en mi espalda comienza un tatuaje que se expande con
enredaderas desde las piernas hasta el cuello. Me quedo sorprendida. Incluso
hasta mi cara llegan las enredaderas. Pero son un poco más finas que las
demás. Llamo a la niña para ver si ella
también tiene el mismo tatuaje. Se queda sorprendida cuando me ve. Las dos nos
quedamos más sorprendidas cuando vemos que ella tiene el mismo. Solo que en su
espalda hay alas de ángel blanca como la luna y las enredaderas son como
destello de luz. Mi tatuaje es una rosa roja y tengo enredaderas con espinas
por todo el cuerpo. Llamamos a las otras chicas pero no ven nada. Solo nosotras
somos capaces de verlo. Después de que todas estamos listas nos vamos a donde
están los chicos.
- ¿¡Que os ha pasado!? – grita P.J cuando nos veo.
- ¿Lo puedes ver? – pregunto.
- Eso no lo teníais antes – dice.
- Creemos que significa que hemos terminado con nuestros cazadores – le digo.
– Pero solo nosotras podemos verlo.
No decimos nada más. Seguimos cenando. Entre risas me doy cuenta que somos
una gran familia y ahora que ya nadie nos sigue podemos hacer lo que queramos.
Sonrió feliz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario