miércoles, 4 de mayo de 2016

SUSURROS - CAPITULO 2

Cuando reacciono me doy cuenta que estoy tumbada en el césped. Empujo a la persona y comienzo a correr. Mientras corro giro la cabeza y me doy cuenta que el dueño de los ojos es un hombre, lleva un traje que esta empapado. Esta corriendo detrás de mí. Cuando consigo refugiarme de la lluvia, miro al jardín y veo a tres personas. Veo a las personas de mi cabeza. Me quedo petrificada en mi sitio. Siempre los he visto en mi cabeza. Nunca los había visto delante de mí. Una voz me saca del shock.
- ¿Estás bien? - pregunta el dueño de los ojos azules.
Solo consigo asentir con la cabeza. El sitio donde nos estamos refugiando no es muy grande. La verdad es que estamos en el palomar de la clínica. En el palomar hay dos pequeñas sillas viejas y un poco sucias. Me siento en una de las sillas. Prefiero sentarme en la silla que el suelo que esta frio. Él mira primero la silla y después el suelo, al final decide sentarse en la silla. Ninguno de los dos dice nada. Miro hacia arriba, hacia las palomas. Mientras las miro, pienso si ha sido una ilusión o no el hecho de ver a las personas de mi cabeza. Ellos nos dan señales de vida y yo me estoy preocupando demasiado. No es normal que ellos desaparezcan.
- ¿Cómo te llamas? - me pregunta él haciendo que vuelva a la realidad.
- Sue – dije mientras subía mis piernas a la silla y me las abrazaba. - ¿Tú cómo te llamas?
- James – se había sacado la americana empapada. - ¿Eres nueva? Nunca te había visto.
- Vivo aquí desde hace dos años – le digo mientras le miro con la cabeza apoyada en mis piernas – Yo tampoco te había visto nunca.
- La verdad es que antes estaba poco tiempo aquí, solo venía cuando mis estudios me lo permitían – dijo apoyando los brazos en las piernas. - Ahora me veras más tiempo – dijo mientras me guiñaba un ojo.
Antes de que pudiera decir algo más, nos dimos cuenta que ya había parado de llover. Sin decir nada más salimos del palomar. Me despedí de él y comencé a correr hacia mi habitación.

Cuando ya visualizaba mi habitación me tope con mi médico. En este tiempo lo he llegado a diferencia cuando está de buen humor y cuando está enfadado. Ahora está enfadado.
- ¿Dónde has estado? - pregunta manteniendo una voz fría como el hielo.
- En el palomar – mira mi ropa y me hace una pregunta silenciosa. - Me caí cuando iba a refugiarme
- Tenias que venir aquí – dice su enfado crece un poco más -. Todos estábamos preocupados porque  no te encontrábamos – cierra los ojos y cuando los abre no sé si está enfadado o no. - Cámbiate de ropa y ve a mi despacho.


En mi habitación me quito la ropa y me pongo unos tejanos y una camiseta negra. Me pongo unas bambas de tela. Por lo que se de las películas muchos centro psiquiátricos llevan ropa blanca. Pero en esta clínica las reglas cambian. En realidad es una casa de campo súper grande. Que acoge a unas cien personas. Cada una diferente. La casa tiene tres pisos, la planta de abajo es un lugar de ocio donde se encuentra el despacho del doctor que también es el dueño del centro. En la primera planta se encuentra las habitaciones de los chicos y en la última planta la de las chicas. Es una clínica privada, así que sé que mis padres siguen pagando para que yo siga aquí, pero ellos nunca me visitan. Al principio mi madre venia algunas veces, pero después dejo de hacerlo. No le di mucha importancia que no me visitara. Aunque en los días malo lloraba llamándola. La verdad es que cuando mi médico me dijo que fuera a su despacho dentro de mi tenía la esperanza que mi madre se encontrara ahí.
Antes de entrar llame a la puerta. Espere a que me dieran permiso para entrar. Cuando entre me encontré en el despacho con dos hombres pero en ninguna parte estaba mi madre. La verdad es que me entristecí. Uno de los hombres es mi médico que como siempre está en su gran silla, el otro hombre está mirando por la ventana. Cuando me siento en la silla el Sr. Martínez, mi médico, me presenta a su hijo.
- Hola, soy James – dice cuando se gira y me mira.

Los dos nos miramos. El chico que estaba encima de mí hace aproximadamente una hora era el hijo del dueño del centro. El chico de los ojos azules y el hijo del dueño del centro es la misma persona, es James. 

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