viernes, 27 de mayo de 2016

SUSURROS - CAPITULO 6

Me despierto en mi cama. Mis padres y mi hermano no están. No aparecerán hasta dentro de unas horas, ellos también necesitan recuperar fuerzas. Cierro y abro los ojos varias veces. Me duele mucho la cabeza. También me duele todo el cuerpo. ¿Mi cuerpo? Lo normal es que me duela la cabeza pero el cuerpo no. Miro las zonas donde me duelen y veo sangre. Grito. Tengo el cuerpo lleno de sangre. En todas las partes donde apuñalaron a mi madre. Me asusto. Antes no vivía la escena, solo lo veía como una espectadora más. Todo lo que paso ese día se ha trasladado hasta hoy. Lloro y grito. Me duele la garganta por el esfuerzo de gritar. Entre tanto dolor aparecen los recuerdos. La nanas que me cantaba mi madre, como jugaba con mi hermano y como me dormía en los brazos de mi padre. También recuerdo las pocas cosas que mi madre me enseño. También aparecen mis tíos que me criaron como si fueran mis padres. Recuerdo todo de golpe. Aunque aún tengo un vacío de información.
Me quedo en silencio. Aun sigo tumbada en la cama. Cubierta de sangre. Quien entre y me vea así, se asustara. En el momento en que me siento en la cama la puerta se abre. Aparece James, que palidece cuando me ve. Me pongo de pie. Y sin pensarlo me voy acercando a él. Lo hago sin pensarlo. Me detengo cuando estamos separados por unos centímetros. Sonrío como si no pasara nada. Observo como James sale del shock.
- ¿Que te ha pasado? - me pregunta James estudiándome de abajo a arriba.
- No lo sé – le digo. - He tenido una pesadilla y me he despertado así.
- Vamos a curarte – dice cogiéndome de la mano.
Vamos a las duchas. Me quedo en ropa interior. Se centra en quitarme toda la sangre del cuerpo. Cuando quedo limpia de sangre me revisa todo el cuerpo. Veo sorpresa en su cara al comprobar que no tengo ninguna herida en todo el cuerpo. Me encojo de hombros como respuesta a su pregunta silenciosa. Si le explico de donde procede la sangre no me creería.
Lo miro a los ojos y se pierdo en sus ojos. En unos ojos azules que me recuerda al mar. Sonrío. Mis ojos bajan por su cara. Inconscientemente me muerdo el labio inferior. Mi mirada se detiene en sus labios. Todo a mi alrededor desaparece, solo quedamos nosotros dos. Me acerco hasta que nuestras narices se tocan. Veo como traga saliva y yo me muerdo más el labio inferior. No hay nada a nuestro alrededor. No pensamos en nada. No pensamos en que yo soy una paciente y el hijo del dueño del centro, también mi doctor. Somos llevados por nuestro deseo. Nuestros labios se juntan. Su sabor me embriaga y aunque tengo el cuerpo mojado por el agua me pego a él. Nuestros cuerpos se juntan y dándome impulso los dos terminamos en el suelo de las duchas. Simplemente nos dejamos llevar. Mis manos cobran vida y tocan todo su cuerpo. Cuando me muerde el labio inferior un gemido sale de mi boca. Y con ese gemido la magia se rompe.
- ¿Que estamos haciendo? - pregunta James aun debajo de mi.
- Besarnos – le digo queriendo besarle otra vez. - ¿Te ha gustado? - simplemente no soy yo.
- Ha estado bien – dice mirándome pero después niega con la cabeza. - Esto no tendría que estar pasando.
Me separo de él y me pongo de pie. Lo dejo en el suelo mientras voy en busca de una toalla. Después de cubrirme con la toalla salgo del baño y voy a mi habitación. En el camino toco mis labios con mis dedos recordando el beso que nos hemos dado. Recordando mi primer beso. Aunque estoy casi segura de que él se está arrepintiendo ahora mismo del beso que me ha dado, pero ha sido mi primer beso y nunca lo olvidare. Con una sonrisa cierro la puerta de la habitación.

Cuando me tumbo en mi cama estoy realmente cansada pero justo cuando voy a cerrar los ojos para dormir aparece María, mi madre.
-  Recuerda que solo las mujeres Kyvattarius saben sobre nuestros poderes – dice María.
- Lo sé – le digo. – No se lo contare a nadie, pero solo una persona será conocedora de nuestro don – digo.
Hay una niña que ha sido bendecida con nuestro don – dice ella. – Tienes que protegerla.
Con esas palabras desaparece dejándome sola con mis pensamientos. Mi prima también tiene nuestro don. Ahora más que nunca quiero estar con ella. Cierro los ojos con fuerza y pienso en ella. En cómo estará y donde estará. Cuando abro los ojos me encuentro con unos ojos verdes. Los ojos son de una niñita.
¿Quién eres? – pregunta mi prima.
- Soy Sue, cariño – le digo a la niña.
- ¿Eres mi hermana mayor? – pregunta con lágrimas en los ojos.
- Si – le digo. – No te asustes por lo que veas y otros no.
- Yo no tengo miedo a nada – dice aunque se hace la valiente se que tiene miedo.
- Te prometo que pronto estaremos juntas – le digo. – Nos vemos otro día.
Hago que cierre los ojos. Cuando los vuelva a abrir ya no me vera. Yo hago lo mismo. Me encuentro otra vez en mi habitación. Tengo que salir de aquí cuanto antes. Tengo que ir con mi prima. Sé que si le dejo sola correrá peligro, igual como yo este corriendo peligro ahora mismo. Hay alguien que nos quiere destruir, aunque aún no sé porque lo hacen.

A la mañana siguiente sigo en mi habitación. Pienso en cómo salir de este sitio. Después de vestirme voy al despacho del director del centro. Tengo que suplicarle que me deje salir, aun más cuando nadie va a pagar para que este aquí encerrada. Cuando entro en su despacho después de llamar a la puerta me sorprendo al ver a James.
- Hola – digo sentándome en la silla que está al frente del escritorio. – ¿Podemos hablar?
- Te escucho – me dice.
- Tengo que salir de aquí – le digo. – Tengo que ir en busca de mi hermana.
- No te puedes ir – dice mirándome a los ojos.
- Pero si nadie paga para que este aquí, me tendré que ir – digo con esperanzas de que dejen irme.
- Se te trasladara a un centro público Sue – dice
Todas las esperanzas se van. No podre escapar nunca. Mi prima corre peligro y quizás yo también pero si les cuento todo lo ocurrido no me dejaran irme. Mi cabeza va mil por ahora, pero no se me ocurre nada. Cierro los ojos y cuando los abro estoy delante de mi prima.
- No sé cómo lo he hecho pero tienes que ayudarme – dice llorando.
- ¿Qué pasa? - pregunto preocupada y querer estar con ella.
- Me quieren adoptar pero me da miedo esas personas – dice limpiándose las lágrimas. – No me quiero ir con ellos.
- Tranquila mi amor – digo tratando de transmitirle tranquilidad. – Has lo que sea para no agradarles y no te llevaran con ellos – le digo. – Pronto estaremos juntos, solo espérame.
- Gracias – me dice. – Quiero irme contigo y nadie más.
Las dos nos despedimos. Cerramos los ojos a la vez. Cuando los abro me encuentro con la cara de James a unos centímetros de mi.
- ¿Quieres besarme otra vez? – pregunto mordiéndome el labio.
- Me has asustado – dice y me doy cuenta que esta pálido. – Has cerrado los ojos y cuando te llame no contestabas. Cuando me he acercado a ti parecías muerta – dice recuperando su color.
- Lo siento, no era mi intención hacerlo – le digo.

Él vuelve a su sitio. Yo me levanto y me despido. Mientras voy a los jardines me encuentro muy cansada. Gracias a James sé que tengo que ir con más cuidado. No sabía que pasaba esto cuando conectaba con Aurora. Cuando llego al jardín que debo escapar cuanto antes e ir en busca mi prima.

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