- Sue abre los ojos – escucho una voz
lejana. – Sue despierta – escucho la voz más fuerte.
Aun con los ojos cerrados pienso en lo que visto.
Eran mis tíos, mis padres eran mis tíos. Las personas de mi cabeza son mis
padres y mi hermano. En realidad tengo una prima. No sé qué pensar. Tengo que
encontrar la verdad. Tengo que saber la verdad.
Abro los ojos. Me encuentro con James. En sus ojos
veo preocupación. No veo a María ni a John, pero si veo a Lucas que está detrás
de James. No hace nada, solo nos mira. Me doy cuenta que James me quita algo de
las manos, es una rosa. De repente me doy cuenta que estoy rodeada de pétalos
rojos, los pétalos forman mi figura. No sé qué ha pasado. Cuando llegue no
había ningún pétalo. Cuando me pongo de pie. Los pétalos salen volando y con
ellos se va Lucas.
- ¿Qué ha pasado? – le pregunto a James
cuando consigo hablar.
- Has salido del despacho muy alterada así
que he venido a buscarte – dice James mientras me observa. – Una de las
enfermeras me conto que sueles estar aquí y cuando he llegado parecías muerta.
- Yo no sé lo que ha pasado – digo bajando
la mirada.
Comienzo a llorar. No he encontrado ninguna
solución y ninguna respuesta. Me abrazo a mí misma. Hace unas horas mi vida era
muy tranquila y ahora todo ha cambiado. No sé quién soy. No sé que les pasó a
mis padres para que mis tíos se convirtieran en mis padres y yo debía de ser
muy pequeña porque no me acuerdo de nada.
- ¿Quieres conocer a tu hermana? – pregunta
James haciendo que vuelva a la realidad
- Si que quiero, pero no puedo – le digo
sentándome en el césped. – Todos piensan que estoy loca, pero es mentira.
- Yo no te conozco así que no te puedo decir
nada – me dice sentándose a mi lado. – Te llevare a conocer a tu hermana, pero
no se lo puedes decir a nadie.
- ¿De verdad? – le pregunto incrédula por su
palabras, él asiente.
Sin pensarlo dos veces lo abrazo y le agradezco
por su ayuda. Después de que se asegure que estoy bien caminamos por el jardín.
Le cuento sobre mis padres. Hace algunos comentarios, pero me deja hablar todo
el tiempo a mí.
Cuando me doy cuenta estamos en mi habitación. Nos
despedimos y entro en mi habitación. Me doy cuenta que estoy sonriendo al
tumbarme en la cama. Cierro los ojos y vuelvo a ver las imágenes que vi en el
jardín. No me puedo creer que nadie me dijera nada.
- Era
mejor así – dice Lucas
que esta tumbado a mi lado
- ¿Por qué? – le digo. – Me hubiese gustado
que me lo contasen
- Ellos
querían contártelo aun si saber el peligro que corrías – me cuenta Lucas. – Por eso aparecimos nosotros así ellos pensarían que no estás
psicológicamente bien para contártelo.
Me quedo callada. Es su culpa que yo esté aquí. Se
cuando se ha ido Lucas. Me quedo tumbada en la cama mirando a la nada.
- No
te enfades con nosotros cariño – dice María a mi lado, acariciándome la cabeza.
- Pero yo no quiero estar aquí, además si
estuviera fuera podría estar con mi prima – le digo.
- Cariño
aquí estás protegida – sigue
diciendo María, yo no digo nada. – No te
enfades con nosotros, cuando confías en la persona que te va traicionar.
<< ¿Quién me va traicionar?>> pienso. Cierro
los ojos. Sin darme cuenta me quedo a dormida. La verdad es que estoy muy
cansada.
Desde primera hora estoy en el jardín. Quiero que
me enseñen más cosas. Llevo dos horas aquí pero ninguno de los tres ha venido.
Cuando estoy volviendo dentro me encuentro con James.
- ¿Cuándo podre conocerla? – le pregunto
después de saludarle
- Sue lo siento mucho pero no puedes
conocerla – dice él
- Te
dijimos que te traicionaría – dice María a mi lado
- Él
lo sabía desde el principio – dice John a mi otro lado
- Él
te mintió – dice Lucas
detrás de mi
- Me mentiste – le digo a James –. Nunca me
ibas a llevar con ella.
James se quedada callado. Mis manos son dos puños.
Yo confié en él. Como pudo mentirme. No necesito que me mientan. Yo quiero
saber la verdad de lo que pasa alrededor. Me enfado. Sin pensarlo dos veces
salto encima de él. Los dos terminamos en el suelo, mientras descargo mi furia
con él le grito mentiroso. De repente siento como varias manos me separan de
él. Pataleo para que me suelten. Le sigo gritando. De repente un dolor muy
fuerte invade mi cabeza. Grito. Los enfermeros se asustan y me sueltan. Yo me
llevo las manos en la cabeza.
- ¡Huye!
– me grita Lucas.
Me pongo de pie aun con el dolor de cabeza y salgo
corriendo. Solo necesito esconderme unos minutos. Necesito tranquilizarme. Con la
idea de huir en mi cabeza, corro hasta el único refugio que hay. Me encierro en
el palomar.
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