Me quedo quita en la silla. No muevo ningún musculo. Desconecto de
la realidad. ¿Por qué no me dijo que era hijo del dueño del
centro? ¿Cuándo nos conocíamos pensaba que trabajaba aquí? La
verdad es que no se qué pensar. Trato de escuchar lo que me dicen
los seres de mi cabeza pero solo hay silencio. Por una vez solo
escucho mis propios pensamientos. Tengo miedo de que no vuelvan más.
- Sue, ¿estás bien? – me pregunta mi médico y yo solo asiento, sé
que si intento hablar no saldrá ningún sonido. – Como te iba
diciendo, creemos que lo que te diré no te afectara en nada, ya que
tu salud mental ha mejorado bastante desde que estas con nosotros.
- ¿Qué me tiene que decir Sr. Martínez? – le pregunto
- Su padre ha tenido un accidente con su mujer y su hija – dice el
médico mirando fijamente para estudiar mis reacciones –. Solo ha
sobrevivido la niña de poco más de un año. Al no tener más
familiares por ninguna de las dos partes la niña se encuentra en
manos del estado.
Mi padre muerto. Sabía que se había casado con su secretaria, que
por lo visto era su amor verdadero. También sabía que tenía una
hermanastra. Sabía todo esto por las cartas de mi madrastra. Al
principio me sorprendí mucho cuando me entregaron su primera carta.
En este tiempo solo me ha escrito cinco cartas, en ellas me contaba
cosas sobre mi padre y sobre la niña llamada Aurora. Incluso en su
última carta me envió una foto de la niña, sabía que la mujer de
mi padre le había contado sobre mí. Cuando vi la foto llore. Era
una niña muy guapa y risueña. Teníamos los mismos ojos de mi
padre. Pero después de ello no nos parecíamos mucho, pero por lo
que me conto su madre por lo visto la niña preguntaba cuando me
vería. Me prometió que intentaría convencer a mi padre para que
viniesen los tres a verme. La verdad es que cuando leí esas palabras
me alegre mucho.
- Han tenido el accidente mientras venían hacia aquí – dice el Sr.
Martínez, lagrimas recorren mis mejillas. – La otra noticia, es
que su madre estaba gravemente enferma y no puede hacerse cargo de
la niña – ahora entiendo la razón por la que mi madre no venía
a verme. – Su madre murió hace un par de días en el hospital. –
derramo más lagrimas mientras me abrazo a mí misma. – Una de las
razones de la visita de su padre, es que él personalmente le
contaría la noticia de su madre.
Cierro los ojos. Mis dos padres muertos. Mi madrastra muerta. Mi
hermanita huérfana y seguramente este asustada. Pienso rápidamente
en las cosas que podría hacer ahora. Cuando abro los ojos, los dos
hombres me miran con tristeza. De repente se me ocurre una locura.
- Por favor doctor escriba un informe diciendo que estoy perfectamente
de todo tipo de salud y que puedo cuidar perfectamente de mi hermana
– digo rápidamente mientras me limpio las lagrimas. – Me habéis
un montón de pruebas y todo tipo de exámenes, he superado todas
las pruebas sin ningún problema – estoy suplicando para estar con
mi hermana.
- No podemos hacer eso – dice el doctor con mucha calma. – La niña
estará bien con el estado, tú seguirás viviendo aquí – se que
por mucho que insista no podre hacer nada para obtener la custodia
de mi hermana ya que todos piensan que estoy loca. – Sue tampoco
podrás asistir al entierro de tus padres.
Odio estar aquí. No puedo hacer nada. Con una rabia contenida me
pongo de pie y después de despedirme salgo corriendo de ese
despacho. Todo se ha acabado. Mis padres muertos y una niña sola.
Voy hacia los jardines. Varias enfermeras me intentan detener para
que me tranquilice pero consigo librarme de ellas. Cuando salgo al
jardín corro hacia las rosas. Lagrimas son derramadas. Lagrimas de
tristeza e impotencia. Al llegar me siento en el suelo.
- Somos tus padres, ellos solo cuidaron de ti – dice John a
mis espaldas.
- Ellos eran mis padres. Ellos me querían – digo entre sollozos.
- Ellos te adoptaron, nosotros somos tus verdaderos padres cariño
– dice María.
- Sue yo soy tu hermano, no esa niña – dice Lucas
- ¡No! – grito. – Ellos eran mis padres y ella es mi hermanastra,
tengo que estar con ella.
Ellos se quedan en silencio, solo me miran. Los tres se cogen de las
manos y hacen un círculo a mí alrededor. Un dolor hace que cierre
los ojos. Cuando los abro estoy mirando una escena, como si fuera una
película. Es María y tiene a una niña en brazos mientras que un
hombre juega con Lucas pequeño. Cuando me fijo bien, me doy cuenta
que ese hombre es mi padre. Lucas le dice tito. María los mira
sonrientes. Ahora me doy cuenta que María tiene los mismos ojos que
mi padre y mi hermanita. En la escena apareció John. Él iba
directo a darle un beso a María y también a la niña que ella tenía
en brazos. << Mi preciosa Sue>> dice John. Al poco
llega mi madre. Se ve tan feliz. Mis padres se dan un beso. Cierro
los ojos, otra vez por el dolor desconocido. Cuando los abro todos
están sentados alrededor de un mesa, María está hablando <<Si
nos pasara algo cuidad de los niños>> mis padres se
miran, mi madre le sonríe a mi padre y este comienza a hablar
<<Hermanita no os pasara nada, veréis crecer a estos
hermosos niños. Pero si estáis más tranquilos os prometemos que
cuidaremos de mis queridos sobrinos si os pasara algo. Le querremos
como si fueran nuestros hijos>>. Grito. Todo se queda en
negro.
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