Me despierto en mi cama. Mis padres y mi hermano
no están. No aparecerán hasta dentro de unas horas, ellos también
necesitan recuperar fuerzas. Cierro y abro los ojos varias veces. Me
duele mucho la cabeza. También me duele todo el cuerpo. ¿Mi cuerpo?
Lo normal es que me duela la cabeza pero el cuerpo no. Miro las zonas
donde me duelen y veo sangre. Grito. Tengo el cuerpo lleno de sangre.
En todas las partes donde apuñalaron a mi madre. Me asusto. Antes no
vivía la escena, solo lo veía como una espectadora más. Todo lo
que paso ese día se ha trasladado hasta hoy. Lloro y grito. Me duele
la garganta por el esfuerzo de gritar. Entre tanto dolor aparecen los
recuerdos. La nanas que me cantaba mi madre, como jugaba con mi
hermano y como me dormía en los brazos de mi padre. También
recuerdo las pocas cosas que mi madre me enseño. También aparecen
mis tíos que me criaron como si fueran mis padres. Recuerdo todo de
golpe. Aunque aún tengo un vacío de información.
Me quedo en silencio. Aun sigo tumbada en la cama.
Cubierta de sangre. Quien entre y me vea así, se asustara. En el
momento en que me siento en la cama la puerta se abre. Aparece James,
que palidece cuando me ve. Me pongo de pie. Y sin pensarlo me voy
acercando a él. Lo hago sin pensarlo. Me detengo cuando estamos
separados por unos centímetros. Sonrío como si no pasara nada.
Observo como James sale del shock.
- ¿Que te ha pasado? - me pregunta James
estudiándome de abajo a arriba.
- No lo sé – le digo. - He tenido una pesadilla
y me he despertado así.
- Vamos a curarte – dice cogiéndome de la mano.
Vamos a las duchas. Me quedo en ropa interior. Se
centra en quitarme toda la sangre del cuerpo. Cuando quedo limpia de
sangre me revisa todo el cuerpo. Veo sorpresa en su cara al comprobar
que no tengo ninguna herida en todo el cuerpo. Me encojo de hombros
como respuesta a su pregunta silenciosa. Si le explico de donde
procede la sangre no me creería.
Lo miro a los ojos y se pierdo en sus ojos. En
unos ojos azules que me recuerda al mar. Sonrío. Mis ojos bajan por
su cara. Inconscientemente me muerdo el labio inferior. Mi mirada se
detiene en sus labios. Todo a mi alrededor desaparece, solo quedamos
nosotros dos. Me acerco hasta que nuestras narices se tocan. Veo como
traga saliva y yo me muerdo más el labio inferior. No hay nada a
nuestro alrededor. No pensamos en nada. No pensamos en que yo soy una
paciente y el hijo del dueño del centro, también mi doctor. Somos
llevados por nuestro deseo. Nuestros labios se juntan. Su sabor me
embriaga y aunque tengo el cuerpo mojado por el agua me pego a él.
Nuestros cuerpos se juntan y dándome impulso los dos terminamos en
el suelo de las duchas. Simplemente nos dejamos llevar. Mis manos
cobran vida y tocan todo su cuerpo. Cuando me muerde el labio
inferior un gemido sale de mi boca. Y con ese gemido la magia se
rompe.
- ¿Que estamos haciendo? - pregunta James aun
debajo de mi.
- Besarnos – le digo queriendo besarle otra vez.
- ¿Te ha gustado? - simplemente no soy yo.
- Ha estado bien – dice mirándome pero después
niega con la cabeza. - Esto no tendría que estar pasando.
Me separo de él y me pongo de pie. Lo dejo en el
suelo mientras voy en busca de una toalla. Después de cubrirme con
la toalla salgo del baño y voy a mi habitación. En el camino toco
mis labios con mis dedos recordando el beso que nos hemos dado.
Recordando mi primer beso. Aunque estoy casi segura de que él se
está arrepintiendo ahora mismo del beso que me ha dado, pero ha sido
mi primer beso y nunca lo olvidare. Con una sonrisa cierro la puerta
de la habitación.
Cuando me tumbo en mi cama estoy realmente cansada
pero justo cuando voy a cerrar los ojos para dormir aparece María,
mi madre.
- Recuerda que solo las mujeres Kyvattarius
saben sobre nuestros poderes – dice
María.
- Lo sé – le digo. – No se lo contare a nadie,
pero solo una persona será conocedora de nuestro don – digo.
- Hay una niña que ha sido bendecida con
nuestro don – dice ella. – Tienes
que protegerla.
Con esas palabras desaparece dejándome sola con
mis pensamientos. Mi prima también tiene nuestro don. Ahora más que
nunca quiero estar con ella. Cierro los ojos con fuerza y pienso en
ella. En cómo estará y donde estará. Cuando abro los ojos me
encuentro con unos ojos verdes. Los ojos son de una niñita.
- ¿Quién eres? – pregunta mi prima.
- Soy Sue, cariño – le digo a la niña.
- ¿Eres mi hermana mayor? – pregunta con
lágrimas en los ojos.
- Si – le digo. – No te asustes por lo
que veas y otros no.
- Yo no tengo miedo a nada – dice aunque se
hace la valiente se que tiene miedo.- Te prometo que pronto estaremos juntas – le digo. – Nos vemos otro día.
Hago que cierre los ojos. Cuando los vuelva a
abrir ya no me vera. Yo hago lo mismo. Me encuentro otra vez en mi
habitación. Tengo que salir de aquí cuanto antes. Tengo que ir con
mi prima. Sé que si le dejo sola correrá peligro, igual como yo
este corriendo peligro ahora mismo. Hay alguien que nos quiere
destruir, aunque aún no sé porque lo hacen.
A la mañana siguiente sigo en mi habitación.
Pienso en cómo salir de este sitio. Después de vestirme voy al
despacho del director del centro. Tengo que suplicarle que me deje
salir, aun más cuando nadie va a pagar para que este aquí
encerrada. Cuando entro en su despacho después de llamar a la puerta
me sorprendo al ver a James.
- Hola – digo sentándome en la silla que está
al frente del escritorio. – ¿Podemos hablar?- Te escucho – me dice.
- Tengo que salir de aquí – le digo. – Tengo que ir en busca de mi hermana.
- No te puedes ir – dice mirándome a los ojos.
- Pero si nadie paga para que este aquí, me tendré que ir – digo con esperanzas de que dejen irme.
- Se te trasladara a un centro público Sue – dice
Todas las esperanzas se van. No podre escapar
nunca. Mi prima corre peligro y quizás yo también pero si les
cuento todo lo ocurrido no me dejaran irme. Mi cabeza va mil por
ahora, pero no se me ocurre nada. Cierro los ojos y cuando los abro
estoy delante de mi prima.
- No sé cómo lo he hecho pero tienes
que ayudarme – dice llorando.- ¿Qué pasa? - pregunto preocupada y querer estar con ella.
- Me quieren adoptar pero me da miedo esas personas – dice limpiándose las lágrimas. – No me quiero ir con ellos.
- Tranquila mi amor – digo tratando de transmitirle tranquilidad. – Has lo que sea para no agradarles y no te llevaran con ellos – le digo. – Pronto estaremos juntos, solo espérame.
- Gracias – me dice. – Quiero irme contigo y nadie más.
Las dos nos despedimos. Cerramos los ojos a la
vez. Cuando los abro me encuentro con la cara de James a unos
centímetros de mi.
- ¿Quieres besarme otra vez? – pregunto
mordiéndome el labio.- Me has asustado – dice y me doy cuenta que esta pálido. – Has cerrado los ojos y cuando te llame no contestabas. Cuando me he acercado a ti parecías muerta – dice recuperando su color.
- Lo siento, no era mi intención hacerlo – le digo.
Él vuelve a su sitio. Yo me levanto y me despido.
Mientras voy a los jardines me encuentro muy cansada. Gracias a James
sé que tengo que ir con más cuidado. No sabía que pasaba esto
cuando conectaba con Aurora. Cuando llego al jardín que debo escapar
cuanto antes e ir en busca mi prima.