viernes, 22 de abril de 2016

SUSURROS - CAPITULO 1

Algunos dirán que las voces que escucho en mi cabeza son mis pensamientos. Pero la verdad es que no sé lo que es pensar, desde que tengo uso de razón me han invadido las voces en mi cabeza. Las voces nunca están en silencio, incluso mientras duermo ellas me hablan y hacen que casi cada noche tenga pesadillas que después no recuerdo. Pero no solo son voces, tienen cuerpo y rostro en mi cabeza. Recuerdo que cuando era pequeña hablaba con ellas, eran mis amigas. Pero un día todo cambio. Dejaron de ser mis amigas. Me hablaban de cosas horribles. Muchas veces de cosas que iba a pasar a mi alrededor pero yo no les creía. ¿Porque creer a alguien que solo esta en tu cabeza y nadie ve? Muchas veces las voces han hecho que haga cosas y casi siempre terminaba en el correccional. Mis padres me llevaron a un psicólogo. Me enfade con ellos por llevarme con ese señor. No lo volví a ver. Cuando tenia dieseis años mis padres me dijeron que me llevarían a un sitio donde había personas como yo. Las personas de mi cabeza me advirtieron que mis padres me mentían, pero no hice caso y termine encerrada en un centro psiquiátrico. 

Recuerdo cuando me enteré que me encerraban aquí. Llore y suplique a mis padres que no me dejaran aquí. Mi madre al ver mi desesperación me abrazo y me hablo.
  - Cariño, no tienes porque quedarte -.
 Mi padre escucho las palabras de mi madre y nos dejo a todos muy claro que me quedaba quisiese o no. Cerré los ojos y comencé hablar, en realidad comenzaron hablar los seres de mi cabeza.
  - No serás feliz. Dentro de unos meses descubrirás que te engaña con su secretaria - reí con amargura- Ninguno de los dos seréis felices y cuando me queráis recuperar sera demasiado tarde -. Mis padres se quedaron horrorizado por mis palabras. Palabras que se hicieron realidad al mes de estar yo en el centro. 

La última vez que vi a mis padres, mi madre lloraba y mi padre estaba pálido por mis palabras. Fui encerrada en una habitación. Después de unos días dejaron que saliese y entrara en mi habitación siempre que quisiese. Siempre estaba en los jardines. Apartados de todos, pero a la vez junto a todos. 

Un día de primavera salí al jardín,como hago cada día desde que vivo aquí, comencé a mirar las rosas. Las personas de mi cabeza volvían a ser mis amigas. Siempre que estaba en el jardín hablaba con ellas, incluso supe sus nombres. Uno se llamaba Lucas y tenia un par de años más que yo, después estaban María y JoHn que eran marido y mujer. María siempre me hablaba de cosas bonitas. John me reprendía cuando hacia algo mal y Lucas siempre cuidaba de que no me hiciera daño.
- No te acerques a los desconocidos, te miraran mal - dijo John.
- Corre a refugiarte - dijo ella con una sonrisa en la cara.
- Hazle caso, ellos te quieren - dijo Lucas antes de irse. 
¿Me quieren? ¿Porque Lucas decía eso? Hable pero ellos no estaban allí, se habían ido. Lagrimas comenzaron a acumularse en mis ojos. Comenzó a llover. Me quede allí, seguía hablando pero no estaban. "Corre a refugiarte" había dicho ella. Sin pensarlo dos veces comencé a correr hacia el edificio principal. Con lagrimas en los ojos corrí. Pero antes de que llegase a mi destino choque con algo duro que hizo que terminara en el suelo. Abrí los ojos, el agua caía en mi rostro. Los cerré, pero no tardaron en abrirse cuando la lluvia no empapaba mi cara. Al abrir mis ojos me encontré con unos ojos azules como el mar. 

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