viernes, 2 de septiembre de 2016

Anunció!!!

Holaaaaaaa!!! Una manía que tengo es que me gusta mucho, pero mucho escribir alargando la palabra   Jajajajaja   El motivo por el cual escribo esto, es para deciroos que últimamente tenemos el blog un poco abandonado. Por motivos personales no podemos escribir, ya que nos falta tiempo. 
Pero os digo que trataremos de publicar  sobre la marcha. Es decir, publicaremos todo lo que se me venga a la cabeza. Jajajjaa (otra costumbre que tengo es terminar casi todas las frases con un Jajajajaj) 

lunes, 22 de agosto de 2016

ALMAS ATORMENTADAS

Lo miro dormir. Aun no se porque está a mi lado. Hace unos meses decidimos vivir juntos después de casi un año de relación. La verdad es que al principio no estaba segura de que fuera una buena idea pero como siempre me convenció a su manera. 

Nos conocimos en una noche de verano, donde dos almas atormentadas fueron juntadas por el destino. Somo inseparables. Pero como sucede en todas las relaciones están las inseguridades que crean discusiones. El resultado de muchas de las discusiones ha sido enfadarnos hasta el punto de no hablarnos, pero al día siguiente nos veíamos y todo se solucionaba.
Somos personas tan distintas que muchas veces no nos entendemos, pero así mismo nos queremos con locura. Es un amor de almas que nunca pensaron enamorarse. Siempre estamos al lado de uno en los momentos más difíciles, pero como ocurre con cada alma atormentada aparenta estar bien o intenta alejar a las personas para no causar problemas. Pero así mismo cada uno lucho por estar al lado del otro aunque a veces sea muy difícil. 

Salgo de la cama sin hacer ningún ruido. Voy al baño donde me miro al espejo y miro mis cicatrices, tanto las que se ven como las que no. Al principio tenía miedo de que las viera y se alejara de mi pero al final nos dimos cuenta que los dos teníamos el mismo tiempo. Me pongo de perfil y admiro como mi barriga va creciendo, es el resultado de la unión de estas dos almas oscuras. Es nuestra luz, una luz que protegeremos aunque nos lleve la vida en ello. Me ducho y vuelvo a la habitación donde aún duerme mi otra mitad. Le doy un beso en los labios que hace que sus ojos se abran. 
Con un rápido movimiento me tumba en la cama y el encima mío. Me comienzo a reír cuando me hace cosquillas, después de darle un beso a mi barriga comienza a besarme a mi. El beso se hace cada vez más profundo hasta que nuestras almas se unen en una.

Después de un par de horas al fin hemos consegudio salir de casa. Abrazados y entre besos comenzamos a caminar hacia nuestros respectivos trabajos. Al llegar nos despedimos con un beso largo. Antes de entrar en la tienda lo veo marchar. Pero sé que dentro de unas horas volverá a por mí y con una sonrisa en la cara entro a trabajar.

viernes, 5 de agosto de 2016

SUSURROS - EPILOGO

Han pasado varios meses desde que somos libres. En estos meses he conseguido la custodia de Aurora. No ha habido ningún problema. Nos hemos unido mucho como familia. Somos todos felices. Los gemelos se han casado en una boda doble. Todo fue muy bonito y gracioso. Incluso se han comprado cada pareja una casa idéntica a la otra, pero solo por fuero por dentro es todo muy distinto. Una casa tiene decoración minimalista mientras que en la otra la decoración es hippie. Mireia y Tom son muy felices, el matrimonio está esperando a su segundo hijo. Lara y Aurora se han hecho inseparables.
James me ha ayudado a que no vuelvo a centro de psiquiatría, redacto un informe donde decía que no tenía ningún trastorno y podía hacerme cargo de una niña sin ningún tipo de problema, después de eso no lo hemos vuelto a ver.

Tanto Aurora como yo estamos viviendo con mi pelirrojo. Somos una pequeña familia. Al principio no sabía que iba a hacer, todos me decían que me quedase con ellos pero no me podía quedar. Así que hice las maletas y cogiendo a la niña me fui, pero no llegue muy lejos. Incluso antes de cerrar la puerta, mi pelirrojo me cogió de la mano y antes de que pudiera decir algo me beso delante de todos.
-  He sido un tonto intentando no hacerle caso a mis sentimientos – me dijo. – No quiero perderte por mi cabezonería.
-  ¿Qué quieres decir? – le pregunte con lagrimas en los ojos.
-  ¿Quieres ser mi novia y vivir conmigo? – me pregunto.
-  Pero también se tiene que quedar la niña – le dije.
-  Si puedes aguantar a este cabezota, la niña será nuestra pequeñita – me dijo.
Después de aceptar nos dimos un gran beso, todos nos felicitaron y desde ese día vivimos todos juntos. También descubrimos que él es el único que nos puede ver porque es mi pareja para toda la vida. Aurora nos llama papa y mama, la primera vez que lo dijo le explicamos que ella ya tenía unos padres.
-  Ya lo sé – nos dijo – pero ahora vosotros sois mis nuevos padres.
Somos una familia pequeña. Hoy es el cumpleaños de mi pelirrojo. Vamos hacer una pequeña fiesta en casa. Donde viene toda nuestra familia y amigos.

Mi pelirrojo está hablando con los gemelos. Y yo con unos compañeros suyos. La verdad  es que nos hemos hecho muy buenos amigos. Cada vez que podemos salimos en parejas y nos divertimos como si no tuviéramos responsabilidades.
-  P.J ha tenido suerte de poder celebrar su cumpleaños – dice uno de sus amigos.
-  ¿Por qué lo dices? – le pregunto.
-  No te acuerdas, en una semana nos vamos a una misión por tiempo indefinido – me dice con una sonrisa pero ojos tristes por separarse de su familia.
Me quedo blanca como el papel. El vaso se me cae al suelo. Mis ojos se me llenan de lágrimas. No me ha dicho nada. Queda una semana y yo no sé nada. Todo comienza a darme vueltas.
-  ¿Qué pasa? – me dice mi pelirrojo poniéndose delante mi.
-  Te odio – le digo llorando. – Nos dejas solas.
-  Cariño te lo iba a decir pero no sabía cómo – me dice tratando de abrazarme.
-   No me toques – digo gritándole delante de todos. – Eres un mentiroso, en una semana te vas y no sabes cuándo volverás.
Grito más fuerte y de repente me doblo de dolor. Ahora mi grito es de dolor mientras todo se vuelve más borroso. Me veo mis manos y aparece mi tatuaje. Grito y lloro del dolor que he sentido. De repente todo se queda negro.


Sé que no he hecho bien al no contarle que me iba. Pero de solo pensar que me voy a separar de mis las dos mujeres de mi vida me mata por dentro. Ahora lo he empeorado todo. Estoy en la habitación con Sue y un amigo que es médico. Aurora no para de llorar. No me quiere ni mirar porque me echa la culpa de la situación de su mama.
Mi amigo me pide que me vaya de la habitación, intento oponerme pero me dice que necesita estar sola con ella. Espero fuera. Después de unos diez minutos mi amigo sale de la habitación. Me dice que Sue me quiere ver.
Esta sentada en la cama. Sus manos tapan su cara. Me acerco a ella y le abrazo. Intento que se tranquilice para poder hablar.
-  ¿Qué pasa, mi amor? – le pregunto.
-  Estoy embarazada – me dice mirándome los ojos. – P.J tengo miedo y ahora tú te irás.
-  Mi amor antes me mataba solo pensar en dejaros y ahora no se qué hacer – le digo. – No quiero irme pero es mi trabajo.
-  Lo sé – me dice limpiándose las lagrimas.
-  Te prometo que esta será mi última misión – le digo. – Después cuidare de todos vosotros – le digo tocándole la barriga aun plana.



Han pasado seis meses desde que mi pelirrojo se fue. Durante estos meses nos hemos enviado cartas con fotos para que vea como estamos. No sabía cuando le tardaría en llegar. Pero siempre tenía contestación. En su última carta me pedía que no le enviase más cartas porque irían a un sitio durante un tiempo donde no podría recibir nada.
Se ha perdido casi todo el embarazo, pero le he ido mandando fotos de la evolución de mi estado. Aurora está más que feliz de saber que tendrá hermanitos. Digo hermanitos porque nos hemos enterado de que serán mellizos. Decidí darle una sorpresa a mi pelirrojo cuando llegase a casa. He decidido tenerlo en casa, al contarle la idea a P.J se enfado conmigo diciendo que tendría que ir al hospital. Para mi suerte el no está aquí, así que un amigo nuestro que es medico contacto un doctor que llevara el parto y también es el pediatra de Aurora.

Llevo casi nueve meses embarazada, casi no puedo ni moverme pero estoy feliz y a la vez nerviosa por traer a este mundo a mis niños. Mi pelirrojo aun no ha vuelto y tampoco hemos intercambiado cartas. Tengo miedo de que no esté aquí en el momento del parto. Mi niña me está ayudando mucho.
Una mañana en  que nos estamos bañando las dos juntas después de haberme pintado mi barriga con pintura, escuchamos la puerta de abajo cerrarse. Primero sale Aurora y se pone la bata, después me ayuda a mí. Nada más abrir la puerta nos encontramos con P.J, Aurora grita de alegría y se lanza a sus brazos. Yo también me lanzo a sus brazos. De repente noto una contracción. Me separo de ella y comienzo a respirar e inspirar hasta que se pase el dolor.
-  ¿Qué pasa? – me pregunta mi pelirrojo cuando me ve.
-  Llevo así desde la madrugada – le digo. – El médico ya viene.
-  ¡Pero porque no estás en un hospital! – me grita.
-  Primero te tranquilizas – le digo enfadándome un poco – y segundo me dijo que tardaría horas en dilatar. Solo tengo que controlar las contracciones.

Diez minutos después llega el médico. Yo estoy tumbada en la cama, mi pelirrojo me coge de las manos y el médico con su enfermera me están ayudando. A las cuatro de la tarde nace una niñita pelirroja y a las cuatro y cinco minutos nace otra preciosa niña rubia.

Los días han pasado y toda la familia está reunida en casa. Todos tienen ojos para las gemelas pero nuestra pequeña Aurora no deja que nadie se acerca. Así que ha creado una ilusión. Nos reímos porque no tardara en dolerle la cabeza. Somos muy felices. Mi pelirrojo ha dejado las misiones para quedarse con todas sus mujeres. Nuestros amigos se burlan de P.J porque se volverá loco con tanta mujer.

Nos hemos dado cuenta que mis niñas son mujeres Kyvattarius. Así que mi pelirrojo las protege de todo. Sé que en un futuro será un problema pero como familia lo afrontaremos. Somos tan felices que nada ni nadie nos harán que nuestra felicidad desaparezca. Como mujeres Kyvattarius sobreviviremos a todos y sernos muy felices. 






FIN

domingo, 17 de julio de 2016

SUSURROS - CAPITULO 13

Han pasado dos días desde que estamos en la casa de nuestro pelirrojo. Hemos ideado un plan para poder ser libres. Sé que conseguiremos eliminar a nuestros cazadores. Así que después de idear nuestro plan nos vamos. Nos vamos en tres coches. En un coche van Tom y su familia, en otro los dos pares de gemelos y el tercer coche vamos Aurora, P.J y yo. Nuestro plan consiste en nosotros ser los cazadores.

No tardamos en llegar a nuestro destino. Estamos en una montaña. Es el lugar más alto para conectar con el cielo. Mientras estamos aquí, preparamos todo lo que necesitamos. Al final nos quedamos nosotros dos solas, mientras los demás se han escondido. Todo tiene que llegar a su fin. La niña y yo queremos ser felices. Queremos vivir sin tener que preocuparnos que nos sigan. Sé que cuando terminemos con los cazadores, es solo el principio para llegar a nuestra libertad.

Nuestros objetivos no tardan en aparecer. Dos cazadores. Aurora y yo nos cogemos de las manos para desarrollar los dones. Los poderes no tardan en aparecer. Ellos también utilizan su magia. Se escuchan disparos, estos son mis amigos. Solos los hieren, nosotras somos las únicas que los podemos matar con nuestras propias manos.
Aurora no tarda en acabar con su cazador. Juega con él hasta que le clava una daga en el corazón y cogiendo la otra daga le raja el cuello. Mi cazador es el siguiente en caer. Utilizo otras dos dagas, hago lo mismo que ha hecho la niña. Han aparecido más cazadores pero solo se llevan los cuerpos de sus amigos.

Todo ha terminado. Mi prima y yo nos abrazamos. Una luz nos envuelve. Al abrir los ojos nos encontramos con nuestra familia. Todos nos miran sorprendidos.
-  Tu cabello ha crecido – grita la niña mirándome.
La miro y veo que ella ha vuelto a ser como antes. Su cabello ha crecido, incluso está un poco más largo. En sus ojos hay motitas doradas, antes no estaban. Todos nos abrazamos y celebramos que somos libres. Ahora podemos seguir con nuestras vidas.


Todos vamos a la casa del pelirrojo. Allí mientras los hombres preparan una gran cena nosotras nos arreglamos. En el espejo veo mi cambio. Me ha crecido el cabello, también me han aparecido las motitas doradas en mis ojos. Al desnudarme veo que en mi espalda comienza un tatuaje que se expande con enredaderas desde las piernas hasta el cuello. Me quedo sorprendida. Incluso hasta mi cara llegan las enredaderas. Pero son un poco más finas que las demás.  Llamo a la niña para ver si ella también tiene el mismo tatuaje. Se queda sorprendida cuando me ve. Las dos nos quedamos más sorprendidas cuando vemos que ella tiene el mismo. Solo que en su espalda hay alas de ángel blanca como la luna y las enredaderas son como destello de luz. Mi tatuaje es una rosa roja y tengo enredaderas con espinas por todo el cuerpo. Llamamos a las otras chicas pero no ven nada. Solo nosotras somos capaces de verlo. Después de que todas estamos listas nos vamos a donde están los chicos.

-  ¿¡Que os ha pasado!? – grita P.J cuando nos veo.
-  ¿Lo puedes ver? – pregunto.
-  Eso no lo teníais antes – dice.
-  Creemos que significa que hemos terminado con nuestros cazadores – le digo. – Pero solo nosotras podemos verlo.

No decimos nada más. Seguimos cenando. Entre risas me doy cuenta que somos una gran familia y ahora que ya nadie nos sigue podemos hacer lo que queramos. Sonrió feliz. 

viernes, 8 de julio de 2016

SUSURROS - CAPITULO 12

-  ¿Qué haces aquí? – le pregunto poniéndole el cinturón a Aurora.
-  Tú también necesitas el cinturón – me dice.
-  Q si – le digo poniéndomelo. – Pero responde a mi pregunta.
-  Tom nos lo conto y los uno de los gemelos te vio en las noticias – dice conduciendo más rápido de lo normal.
-  Si llegamos vivos hablaremos todos – le digo.
Llegamos a la casa de mi pelirrojo. Cuando le informo que necesitare otro cambio de imagen y la niña también, me dice que no habrá ningún problema porque Tom y Mireia están llevando todo lo que necesitaremos. Al bajar entramos rápidamente en casa.
Están todos los gemelos y sus respectivas novias, que también son gemelas. Me rio cuando los veo. También esta Tom y Mireia con su hija Lara. Todos nos juntamos en gran abrazo. Los gemelos me presentan a sus prometidas. Aurora juega con Lara, mientras las gemelas, Mireia y yo nos vamos a una habitación para hacer mi cambio. Ellas comienzan a discutir qué hacer con mi cabello. Sin pensármelo cojo unas tijeras y comienzo a cortar mechones. Cuando termino me doy cuenta que mejor quedaría si estuviera rapado, así que me lo rapo. Después me pongo unos pantalones negros, una camiseta, sudadera y una gorra. Decido no maquillarme, solo tapo algunas heridas visibles. Todas se quedan impresionadas cuando me ven. Yo me rio porque a mí también me ha pasado lo mismo cuando me he visto al espejo. Voy a donde están las niñas y hago que Lara vaya con su madre.
-  ¿Quieres hacer un cambio? – le pregunto.
-  No quiero cortarme el cabello – me dice.
-  Cariño primero te ayudare a ducharte mientras te hago una peina súper chulo – le digo – Y después te visto con la ropa que te guste.
Aurora comienza a llorar cuando ve que le comienzo a cortar su cabello. Después de la ducha, le enseño toda la ropa que han traído. Escoge una camiseta, una sudadera de osito. Es marrón y en la capucha lleva dos orejitas de oso. Unos tejanos y unas botas también marrones. Le he cortado el cabello hasta la altura de la barbilla, así que cuando se pone la capucha está bastante graciosa. Cuando nos miramos en el espejo nos reímos.  Al salir de la habitación vamos al salón donde están todos. Nos miran con la boca abierta.
-  Esta es la niña más bonita del mundo – dice mi pelirrojo. – Y yo soy su tío favorito.
La niña corre a sus brazos, los otros se pelean de que ellos son sus tíos favoritos y la niña súper feliz. Lara se enfada, pero cuando su padre la cojo en brazos se le pasa. Somos una gran familia. Las niñas se van a jugar mientras nosotros nos ponemos en marcha con nuestro plan. Les cuento todo lo que me ha pasado desde la última vez que nos vimos.
-  La última vez que vi a mi madre me dijo lo que teníamos que hacer – les digo a todos. – Tengo que dar caza a los que nos siguen y sobre todo no dejar que nuestro apellido muera.


En la casa hay suficientes habitaciones para todos. En una habitación esta Tom con su mujer e hija, cada pareja de gemelos tiene una habitación, el pelirrojo en el sofá porque nos ha dado su habitación para la niña y para mí. Así que por la noche cada uno va a sus respectivas camas. La niña se ha quedado dormido nada más tocar la cama, pero yo no paro de dar vueltas sobre la cama. Así que salgo de la habitación para ir al sofá.
-  P.J – le digo para que se despierte cuando me pongo a su lado.
-  ¿Qué pasa? – dice abriendo los ojos.
-  No puedo dormir – recuerdo cuando iba a su casa para dormir con él.
-  Hace tiempo que no venias a buscarme para dormir juntos – me dice con una sonrisa.
Cada vez que discutía con mis tíos, mis padres en ese momento, me encerraba en mi habitación y como no conseguía dormir me escapaba de casa para ir a la casa de mis vecinos. Vivía P.J con sus padres. Me colaba por la puerta de atrás y subía a su habitación, donde lloraba desconsolada hasta quedarme dormida.
-  ¿Puedo dormir contigo? – pregunto poniéndole morritos.
-  Está bien – me dice levantándose y es cuando me doy cuenta que está en ropa interior. – Pero hay que abrir el sofá.
Abre el sofá cama y nos tumbamos los dos. Yo solo llevo una camiseta y una braguitas, él unos calzoncillos. Me abrazo a él para quedarme dormida. No tardo en hacerlo. A las horas me despierto por el sonido de un llanto. Salgo del sofá con cuidado y voy a la habitación para ver a Aurora. Se está retorciendo en la cama. Cogiéndola en brazos intento calmarla pero no consigo nada. Me asusto, comienzo a llorar. Trato de despertarla pero sigue retorciéndose.
-  Aurora, por favor despiértate – le digo con lagrimas en los ojos.
Al rato entra P.J en la habitación y me quita a la niña. Comienza a cantarle una nana mientras se pasea por toda la habitación. Poco a poco Aurora se va tranquilizando. Con un dedo en la boca sigue durmiendo. La vuelve a tumbar en la cama, después me coge a mí en brazos que aun sigo llorando. Salimos de la habitación.
-  ¿Qué pasa? – me pregunta sentándonos en el sofá.
-  Me he asustado mucho – le digo. – No sé que le ha pasado.
-  Solo ha sido una pesadilla – me dice limpiándome las lagrimas.
Me acuna en sus brazos hasta que me quedo dormida. Siento como nos tumbamos en el sofá y me abraza para que me sienta segura.

Me despierto cuando ya ha amanecido. La casa está en silencio. Todos duermen. Siento una presión detrás de mí. Comienzo a reírme como una histeria. Nunca había pasado esto cuando dormía con él. P.J se despierta por mi risa.
-  He crecido y las cosas cambian – me dice apartándose de mí.
-  Y tanto que has crecido – no puedo parar de reír.
Cuando consigo calmarle le pido perdón por reírme de él. Me dice que esto le suele pasar casi todas las mañanas, más si duerme acompañado. Le pongo morritos.
-  ¿No es por mí? – pregunto poniéndole ojitos.
-  Sueeeee – dice con frustración.
Salgo de la cama un poco enfadada. La verdad es que siempre le había querido más que un amigo pero él solo me quiere como una hermana, es algo que nunca puedo olvidar. Es cierto que bese a James, que me parecía muy guapo y también es verdad que creí que sentía algo por él. Pensaba que esos sentimientos eran con respondidos, aún más cuando nos hicimos amigos. Pero después de la traición no se qué pensar de él, comencé a dudar pero cuando vi a P.J todas mis dudas se marcharon para darme cuenta que el sentimiento que sentía por mi pelirrojo nunca se había ido.
Nada más llegar a la habitación despierto a Aurora. Lleno la bañera de la habitación. Nos metemos las dos juntas. Aun sigue un poco enfadada por el corte de su cabello, pero le animo cuando le digo que ella puede escoger la ropa que llevare hoy. Nada más terminar de ducharse sale corriendo. 

La niña escoge unos tejanos rotos, un top rojo y unas botas negras. A ella le pongo un vestido, pero ella quiere ponerse la sudadera de oso. Así que le quito el vestido y lo cambio por unos pantalones, camiseta y la sudadera.
Salimos a desayunar, todos están sentados en la mesa. La verdad es que yo no tengo mucha hambre así que me preocupo más porque la niña coma mientras yo juego con el mío. Al terminar llevo a las niñas a jugar fuera. Me siento mientras las veo jugar.
-  Toma – dice P.J sentándose a mi lado.
-  Ya he desayunado – le digo sin coger el vaso de leche.
-  No es verdad – me dice.
Para no discutir más con él cojo el vaso y me lo bebo de golpe. Nada más terminar de beber me comienzo a encontrar mal.
-  P.J – digo poniendo mis manos en mi barriga.
-  ¿Qué pasa? – me pregunta mirándome preocupado.
-  ¿La leche era sin lactosa? – pregunto.
-  No, era leche normal – me dice.
Me levanto de golpe y entro corriendo a casa. Me tapo la boca con una mano. Nada más encerrarme en el baño comienzo a vomitar. Después de varios minutos ya no expulso nada. Hace un par de años que mi cuerpo no tolera ningún tipo de leche, si no es leche sin lactosa.

Al salir me encuentro con mi pelirrojo y la niña mirando con preocupación. Antes de salir me he lavado la boca. Así que cojo a la niña y le tranquilizo. Incluso le juro que estoy bien. Se va a jugar y yo me quedo con P.J, le cuento lo que me ha pasado. Me pide disculpas. Vamos fuera para que me dé un poco de aire. Pasamos la mañana mirando cómo llega el invierno. 

viernes, 1 de julio de 2016

SUSURROS - CAPITULO 11

Los cazadores no tienen alma. Nuestros captores utilizan la magia y el engaño. Todos son hombres. No hay ninguna mujer. Igual sucede con Kyvattarius, solo hay mujeres y ningún hombre. Por cada Kyvattarius hay un cazador. Solo nosotras mismas podemos destruirlos, igual que ellos tienen el poder de quitarnos todo.
Cada mujer Kyvattarius tiene un don diferente. Pero si se juntar varias mujeres los dones se fusionan y hacen que los poderes se hagan más poderosos. El poder de Aurora es el de crear ilusiones. De hacerles ver cosas que ella quiere que visualicen. Pero todo don tiene una inconveniente. A la niña le duele mucho la cabeza si utiliza durante mucho tiempo su poder. Tiene que aprender a controlar las desventajas. Mi inconveniente es que puedo hacer que las ilusiones de Aurora se hagan realidad y dejarnos desprotegidas. La verdad es que no sé qué hay de bueno en mi don, así que tengo que aprender mucho.


Me despierto en una habitación blanca. No tardo en darme cuenta que estoy en un hospital. Tampoco pasa desapercibido que estoy esposada a la cama. Cierro los ojos frustrada pero tengo que reaccionar rápidamente. En mi cabeza visualizo los ojos de Aurora, la busco. No la encuentro. Lo sigo intentando, pero no consigo nada. Me pongo nerviosa. Lo intento una vez más y esta si lo consigo.
  -  ­ ¿Dónde estás cariño? – le pregunto.
  -  En un hospital – me dice. – Sue estoy con James.
  -  No te preocupes – trato de estar tranquila. – Iré a buscarte y nos iremos juntas.
Me despido de mi prima, asegurándome de que está bien. Tengo que ir a buscarla pero primero me tengo que liberar yo. Miro fijamente en la esposa y pienso en como abrirla. Pienso en mi madre.
  -  Hola hija – dice mi madre pero ahora esta transparente, ya casi no la veo.
  -  ¿Qué te pasa? – pregunto preocupada.
  -  Mi tiempo en este se está terminando – me dice. – Nos tenemos que ir.
  -  No quiero que os vayáis – le digo con lagrimas en los ojos.
  -  Si nos quedamos más tiempo me cazaran – me dice mi madre. – Hasta que no volvemos a nuestro mundo hay posibilidades de que nos capturen.
  -  Prometedme que estaréis bien – le digo y ella asiente. – ¿Me puedes ayudar a ir con Aurora?
Me hace cerrar los ojos. No puedo abrirlos hasta que ellos me lo digan. Cuando mi madre ha aceptado ayudarme han aparecido mi hermano y mi padre, tiene el mismo aspecto que ella. Mis ojos se llenan de lágrimas. Antes de comenzar me dan varios consejos que me ayudaran en mi aventura. Tengo una misión, destruir a nuestros cazadores para ser libres. Nos despedimos y con lágrimas en los ojos cierro los ojos. No siento nada. Todo está en silencio. Un susurro en mi oído me obliga a abrir los ojos. Estoy en el suelo de otra habitación del hospital. Me levanto y lo primero que veo es a James.
  -  Aurora – digo acercándome a la cama.
La niña me mira con la boca abierta. Sin pensarlo dos veces la abrazo y cuando consigo separarme de ella, porque mi prima no me quiere soltar, compruebo de que este bien.
Me doy cuenta que al lado de James esta la mochila de la niña. Le han puesto su pijama favorito a la niña y esta con su peluche en la mano. Abro la mochila y me pongo una camiseta. El problema llega cuando ninguna de las dos tenemos zapatos. Al no tener chaqueta. Le quito la parte de arriba del pijama a la niña y le pongo una camiseta suya que abriga bastante y después otra vez la prenda que le he quitado. Así que no pasara mucho frio. Cojo la mochila y la niña en brazos. La tapo con una manta que le ha dado el hospital. Como antes estaba con una bata de hospital. Me he enrollado la sabana como si fuera una falda larga y así no se ve que no llevo ni pantalones ni zapatos. Tengo que conseguir ropa. Veo como una chica más o menos de mi edad entra en una habitación con una bolsa de viaje. Poco después sale. Entro en la habitación con la niña. Para mi suerte tenemos la misma talla. Le cojo unos pantalones y unas bambas. Por lo visto a la chica le gusta la moda. Sin perder más tiempo me voy.


Aurora se está agobiando mucho tapada con la manta. Las personas nos miran, pero por nuestras pintas pensaran que somos indigentes. No me importa. Solo tengo algo en mente. No puedo de sepárame de la niña porque aunque le deje en un lugar seguro ellos la encontraran. De repente un coche se detiene delante de nosotras, delante de nosotras esta el temible. Sin pensarlo dos veces subimos al coche y nos vamos. 

martes, 28 de junio de 2016

SUSURROS - CAPITULO 10

Me despierto gritando y llorando. Miro a mí alrededor y estoy en una habitación. Me toco el pecho y noto que no hay nada. Dejo de gritar pero sigo llorando. Cuando giro mi cabeza me encuentro con Aurora que también está llorando, por nuestras miradas sé que hemos tenido la misma pesadilla.
 -  Esto es una pasada, podéis soñar lo mismo – dice mi hermano.
 -  No es bonito – le digo a mi hermano mientras voy a la cama con Aurora.
 -  Se acerca el peligro – dice mi padre detrás de Lucas.
 -  Os vienen a buscar – dice mi hermano.
Me pongo de pie y cogiendo a la niña voy hacia la ventana. Solo hemos cogido su mochila y unas chaquetas. Cuando terminamos de ponernos los zapatos abren la puerta. Aparecen policías y detrás de ellos va James. Nos ha traicionado. Cojo a la niña con más fuerza para protegerla de todo y de todos. La verdad es que confiaba de James, después de todo lo que nos hemos contado pensaba que éramos amigos. Me equivocaba y ahora mi prima corre peligro.
 -  Juntaos y aparecerán nuevos dones – dice mi madre.
No sé de qué dones habla mi madre. La verdad es que tanto Aurora como yo no sabemos que sucederá. Aurora solo es una niña que ha tenido que creer y dejar un poco su infancia de lado para seguir adelante con la vida. Las dos nos damos cuenta que nuestra vida ha cambiado de un momento a otro.
Los policías se acercan poco a poco a nosotras. La niña y yo nos cogemos de las manos. Cerramos los ojos y buscamos el despertar de nuestros dones. Al abrir los ojos miramos hacia James. Veo el alma de cada persona presente en la habitación. Tienen alma pura. Sé que no quieren que nadie salga herido.
 -  Bomba – dice Aurora.
 -  Si no nos dejáis irnos, activare la bomba – les digo a todos.
 -  No hay ninguna bomba – dice James.
 -  Si la hay – digo cogiendo de la mano a la niña. – La lleva él, en su cintura.
James lo sigue negando y se abre la camisa que lleva para enseñarles que no lleva nada. La verdad es que no lleva nada pero acabamos de descubrir que mi prima tiene el poder de hacerles ver lo que ella quiere que vean. Cuando los policías ven la cintura de James bajan poco a poco las armas y nos dejan irnos. Hacemos que James ande delante de nosotras. Al llegar a la entrada del motel nos encontramos con más policías. Aurora y yo negamos con la cabeza, por lo visto no se nos hará fácil escapar. En mi cabeza sigue rondando el pensamiento de que la persona en quien confiábamos nos ha traicionado. Sigo viendo las almas, pero esta vez han cambiado. Algunas son puras, hoy unos que tienen el alma muy oscura y un par que no consigue ver bien su alma. Hacemos lo mismo que arriba y aunque James sigue negando la existencia de alguna bomba solo les creen dos personas, los hombres que no consigo ver su alma.
 -  Dolor – dice la niña cogiéndose la cabeza.
 -  Aguanta – le digo. – Solo un poco más.
 -  Quien no tiene alma, es vuestro cazador – dice mi madre.
Tanto mi prima y yo nos asustamos. Tenemos que salir de aquí cuanto antes. Sé que algunos harán lo que sea para que no pase nada pero hay dos en especial que nos quieren a la niña y a mí.
 -  Cuando puedas corre y escóndete – le digo a la niña. – Canta y ellas te salvaran.
Decido sacrificarme por ella. Mi prima tiene derecho a ser feliz y a vivir su vida con la mayor normalidad posible, aunque seguramente sea un poco difícil. Antes de separarnos abrazo a la niña con fuerza. Comienzo a cantar y ella sigue, le hago prometer que se cuidara y que repita la canción una y otra vez hasta que este con nuestras protectoras. Con un beso nos separamos. Veo como nuestros dones van disminuyendo según nos distanciamos. Veo como mueve los labios, susurra la canción.
Comienzo a andar hacia todos ellos dejando a James y Aurora atrás. Me acerco a esas personas que no tienen alma. Me pongo delante de ellos.
 -  ¿Quiénes sois? – pregunto aunque ya se la respuesta.
No hay respuesta. Según me voy acercando veo que están utilizando magia para ocultar su verdadero rosto. Sé que mi prima ha salido corriendo a esconderse porque uno de ellos se separa para ir en su busca. No le permito que avance mucho. Lucho. Recibo golpes, escucho gritos y algún disparo. Todo es un caos. No tengo mucho conocimiento sobre lucha, pero me defiendo como puedo. Tengo que darle tiempo para que Aurora consiga escapar. La verdad es que recibo muchos golpes y en uno de ellos termino en el suelo. Todo se queda en silencio.
 -  Boom – susurro antes de cerrar los ojos.
Primero siento como mi cuerpo sale impactado hacia una pared por una onda expansiva. Después todo queda en silencio durante unos segundos, después escucho gritos y sonidos que no consigo identificar. Pero todos quedo en silencio y solo escucho un llanto. Aun con los ojos cerrados busco a la dueña del llanto. Veo a mi niña. Esta aplastada por un cuerpo. Con las pocas fuerzas que me quedan abro los ojos y la busco. Al primero que localizo es a James. Arrastrándome voy hacia él. Esta inconsciente. Intento moverlo y al final lo consigo, liberando a Aurora.


Nos abrazamos y entre susurros cantamos nuestra canción buscando la protección de las mujeres Kyvattarius.

viernes, 17 de junio de 2016

SUSURROS - CAPITULO 9

Vamos en el coche de James. Aurora va más tranquila y se ha dormido abrazando a su peluche. Necesito que James me ayude así que le explico todo lo que se. Desde que los que decían ser mis padres eran mis tíos, hasta la razón por la que sabía que había una bomba en el coche.
 - ¿Sabes quiénes son? – pregunta mientras sigue conduciendo
 - No lo sé – le digo. – No es la primera vez que nos encontramos con ellos.
Le explico cómo recupere a Aurora. También le explico cómo supe que estaba allí. Seguimos en el coche hasta que se hace de noche y aparcamos en un motel de carretera. Pedimos una habitación para los tres. Nos hacemos pasar por una familia. Mientras Aurora y yo subimos a la habitación, James va a buscar la cena.
Mientras esperamos a James, Aurora y yo nos sentamos en una de las camas. Hay dos camas. Le deshago el peinado y la peino. Mientras lo hago le canto una canción que recuerdo muy poco. Habla sobre magia. Sobre mujeres muy poderosas que conocían un mundo mágico. En ese mundo estaban protegidas de todos, pero se iban de ese mundo porque sus corazones encontraron dueño.
 - ¿Papi vivía en ese mundo? – pregunta la niña
 - No, cariño – le digo mientras le sigo peinando. – La mami de papi vivía en ese mundo y sus hijos, mi mami y tu papi no conocieron ese mundo.
 - Nosotras tampoco – dice la niña.
Asiento. Vuelvo a cantar la canción. La segunda vez que la canto la niña se une. A la tercera vez que repetimos la canción las dos la cantamos a la vez. Seguimos cantando. Termino cerrando los ojos. Abrazo la niña. Cuando abro los ojos no nos encontramos en la habitación. Estamos en un mundo desconocido. Unas mujeres se acercan a nosotros. Todas llevaban el mismo vestido. Entre ellas se encuentra una mujer que me es muy conocida.
 - ¿Mama? – pregunto con lagrimas en los ojos.
 - Hola, hija mía – dice mi madre.
Comienzo a llorar. Abrazo más fuerte a la niña. Ellas me explican que al final todas las mujeres terminaron encontrado dueño a su corazón y ese mundo poco a poco fue quedándose abandonado. Pero las que habían ido con su amor verdadero comenzaron a morir y volvieron en el mundo donde nacieron. Así que todas las mujeres Kyvattarius cada vez que morían subían a ese mundo mágico. Me explican que si conozco la canción puedo subir siempre que lo desee y ellas me lo permitan.
 - Hija mía tenéis que cuidaros – dice mi madre. – Sois poderosas y cuando os juntáis vuestros dones se multiplican.
 - Pero madre yo estoy aprendido sobre mis poderes – le digo. – No sé cómo enseñarle a ella.
 - Os enseñareis mutuamente – dice una de las mujeres.
Mi prima y yo nos miramos. Sonreímos. Las mujeres nos piden que cantemos la canción otra vez. Las dos cantamos y las otras mujeres se unen a nuestro cantico. Cerramos los ojos mientras cantamos.
 - ¡Sue! – grita James.
Abro los ojos. Nos encontramos otra vez en la habitación. Veo a James asustado. Se acerca poco a poco a nosotras. Aurora y yo nos miramos. No sabemos porque tiene miedo. Las dos le sonreímos.
 - ¿Qué pasa? – digo
 - Cuando he abierto la puerta habéis desaparecido delante de mis narices – dice sentándose a nuestro lado. – Han pasado diez minutos donde no sabía qué hacer y justo cuando iba a llamar a alguien, no se a quien pero alguien llamaría – dice riéndose de sí mismo. – Y de repente aparecéis como si nada
 - Ya te lo conté todo – le digo. – Esto es algo nuevo para las dos.
 - Me vais a matar si hacéis cosas así – dice James y Aurora le abraza.
Tanto la niña y yo nos reímos. James pone cara de enfadado y nosotras nos reímos más. Durante un momento nos olvidamos de todo. Desde fuera parecemos una familia muy joven. James coge a la niña y comienza hacerle cosquillas, eso hace que los tres riamos más.
Cuando conseguimos tranquilizarnos James nos da la comida. Para la niña ha traído patatas con nuggets en forma de animalitos, también le ha traído fruta y zumo. Para nosotros dos un plato de lasaña y una botella de agua para cada uno. Comemos sentados en el suelo. Aurora le cuenta sobre sus papis y de la casa donde estuvo viendo hasta que fui a buscarle. Tanto James como yo nos reímos cuando intenta decir una palabra que no le sale. Después de que la niña se haya cepillado los dientes le tumbo en la cama donde no tarda en quedarse dormida. Yo vuelvo a sentarme en el suelo junto a James.
 - ¿Qué tienes planeado hacer? – me pregunta James
 - La verdad es que no lo sé – le digo. – Solo sé que tengo que proteger a Aurora.
 - Tenemos que averiguar quiénes os siguen – me dice.
 - ¿Cómo que tenemos? – le digo.
 - Te quiero ayudar – dice. – Olvidemos que hemos sido paciente y medico – yo solo asiento. – ¿Amigos? – me pregunta
 - Amigos – le digo mientras le abrazo
Le agradezco por querer ayudarme. Somos nosotros contra el mundo me dice. Yo me rio. Me pregunta porque el cambio y yo se lo explico, me mira y con cara de tristeza le pregunto si estoy fea. Rápidamente me dice que no, que estoy muy guapa y yo me rio. Abrazados y en el suelo nos contamos cosas, según vamos hablando me doy cuenta que nos hemos hecho amigos rápidamente. Sentados en el suelo y abrazados me doy cuenta que me voy quedando dormida. Poco a poco la oscuridad me invade.

Una luz cegadora me hace abrir los ojos. Enfoco poco a poco lo que hay a mí alrededor. Estoy atada a una silla. No hay nada, pero cuando mira a un lado me encuentro con otra silla más pequeña. En ella esta Aurora. Una puerta se abre y entra un hombre. No sé quién es. En su mano lleva dos pistolas. Miro a la niña. Le sonrió para darle tranquilidad.
  • Al fin podremos acabar con todas las mujer Kyvattarius – dice el hombre mientras se acerca a nosotros. – Hemos acabado con la persona que os protegía.
  • ¿James? – pregunto con lagrimas en los ojos.
  • Si – responde él. – Se nos ha resistido pero al final hemos terminado con él.
  • ¡No! – grito tratando de liberarme.
  • Ahora es vuestro turno – dice el hombre.

Aurora comienza a llorar. Comienzo a cantar mirándola. Ella me mira y también comienza a cantar. No terminamos de cantar cuando oímos dos disparos. Vemos como nos impacta a las dos la bala en el corazón. Con nuestro último aliento terminamos de cantar la canción de las mujeres Kyvattarius.

viernes, 10 de junio de 2016

SUSURROS - CAPITULO 8

Aparco el coche delante de una casa familiar. No sé cómo hemos llegado vivos aquí. Tampoco sé como ningún policía me ha parado por mi forma de conducir. Durante el trayecto el coche se me ha calado muchas veces, no controlaba muy bien la velocidad, muchas veces hemos estado a punto de tener algún accidente, frenaba muy de golpe o aceleraba demasiado. No he aparcado muy bien el coche, pero la cuestión es a ver llegado. Juan esta medio inconsciente. Me bajo del coche. Camino hacia la puerta y toco el timbre. Me abre la puerta uno de mis amigos que ya se ha hecho mayor. Tendrá unos veinticinco años. Ha cambiado mucho desde la última vez que lo vi.
-  ¿En qué puedo ayudarte? – pregunta.
-  Tom, soy Sue – le digo.
Abre y cierra la boca. Me mira, cierra y abre los ojos. Me comienzo a reír, no pensaba que estaría tan bien disfrazada. Espero a que diga algo pero no reacciona. Me rio más fuerte y detrás de Tom aparece mi mejor amiga y la mujer de Tom que ahora tendrá unos veintitrés años. Ella sí que me reconoce porque nada más verme comienza a gritar y me abraza. Lloramos. La he extrañado mucho durante estos años. Nos enviábamos cartas pero no es lo mismo que hablar con la persona cara a cara.
-  Necesito que me ayudes Tom – le digo y el asiente. – ¿Puedes aparcar el coche en tu garaje?
-  Dame las llaves – dice.
Vamos juntos hacia el coche. Le digo que no se asuste por lo que vea. Entramos en el coche. Yo detrás y él como conductor. Me abrazo a Aurora. Ella esconde una cabecita en mi cuello y comienza a llorar. Sé que está muy asustada porque yo también lo estoy. No tarda en entrar el coche en el garaje.
-  No hagáis preguntas – les digo cuando salimos del coche.
Aurora se queda con mi mejor amiga mientras ayudo a Tom a sacar a Juan del coche. Vamos a la habitación de invitados. Dejo a Tom con Juan en la habitación. Mireia y yo nos vamos con los niños. Aurora está jugando con Lara en el salón, Mireia y yo tomamos un café. Nos contamos todo lo que ha sucedido en nuestras vidas desde que nos separamos.
-  ¡Sue! – grita Aurora.
Dirijo mi mirada hacia donde mira Aurora. Me encuentro con mis padres e hermano. Hablan con Aurora, pero ella está asustada. Le sonrió. Con este gesto le transmito que no pasa nada. Me levanto y me voy al baño con la niña. Cierro la puerta y las dos nos sentamos en el suelo.
-  No pasa nada cariño – le digo. – Son tus tíos y primo – le acaricio el cabello.
-  No los conozco – dice la niña.
-  Ella es la hermana de tu papa, ellos su marido e hijo – le digo.
-  Hola pequeña – les dice mis padres a la vez.
-  Hola primita – dice mi hermano.
- Cariño, ellos son mis padres – le digo.
- ¿No eres mi hermana? – me pregunta poniendo morritos.
-  Soy tu prima – le digo dándole un beso en la cabeza.
-  No te preocupes pequeña – dice mi madre. – Todo irá bien, nosotros os ayudaremos en todo lo que podamos.
Hablamos un poco más con ellos. Para no levantar sospecha no tardamos en salir del baño.

Hemos decidido que pasaremos la noche aquí para que Juan descanse. No les he dicho el nombre de Juan ni el de Aurora. Ya le dije a Aurora que no dijera su nombre para que no corrieran peligro las personas que nos ayudan. Así que cuando la hija de mis amigos le pregunto cómo se llamaba, curiosidad de los niños pequeños, ella le dijo que se llamaba princesa. Los adultos nos reímos del nuevo nombre de la niña. Después de cenar todos nos vamos a dormir, pero antes visitamos a Juan.

A la mañana siguiente Juan está mucho mejor, así que sin perder el tiempo nos vamos. Nos despedimos de mis amigos y les prometo estar en contacto. Esta vez conduce Juan aunque aun le duela un poco la pierna. Al irnos tan pronto la niña sigue durmiendo. Así que subo en la parte de atrás del coche para estar con ella. Durante el camino Juan me cuenta que iremos a otra propiedad suya.
Tardamos como dos horas en llegar a su propiedad. Esta en un pequeño pueblo. Hay poca población. Su casa está un poco apartada del pueblo. Cuando salimos del coche tapo a la niña con una manta para que nadie la vea.
La casa es pequeña. Tienen tres habitaciones incluyendo un pequeño baño y una cocina salón. Una de las habitaciones hay un baño. Juan nos dice que la niña y yo nos instalemos en esa habitación mientras que él ocupara la de al lado.
Cuando entro en la habitación tumbo a Aurora en la cama. Mientras yo voy al baño a ducharme. Aun me sorprendo cuando me miro al espejo. Toco mi cabello. Aun lo siento largo. Me cuesta acostumbrarme a tenerlo tan corto. Después de ducharme me maquillo. Me delineo los ojos, rímel y pintalabios rojo. Cogiendo la bolsa de la ropa que me ha dado Juan, cojo otro top y unos pantalones cortos. Por último unos tacones. Al salir del baño despierto a la niña para ducharla y cambiarla. A ella le pongo un vestido que ha comprado Juan y las bambas que llevaba. Peino su cabello rubio en una trenza de corona. Justo cuando termino llaman a la puerta.
-  Chicas coged todas las cosas, nos tenemos que ir – dice Juan en un susurro.
Sin decir nada cojo todo. Aurora me ayuda con su mochila. Vamos lo más rápido que podemos. Ya que no se sacado muchas, es fácil volver a guardar todo. Antes de salir me pongo unas gafas de sol. Cogiendo a la niña de la mano salgo de la habitación donde Juan nos está esperando con su propia bolsa de viaje.
-  Hay una persona en la puerta – me dice. – Saldremos por la puerta y diremos que nos vamos de viaje.
-  ¿Pero quién es? – pregunto
-  Ahora lo veras – me responde él cogiendo mi bolsa y así yo solo llevo la mochila de la niña.
-  Es James – dice Lucas
-  ¿Quién es James? – pregunta la niña y Juan se detiene para mirarla.
-  Simplemente sabemos que es él – le digo a Juan. – Es una medico – le digo a la niña.
-  Viene a buscarte Sue – dice mi padre.
-  Que no te descubra – dice mi madre.
-  Estaremos bien – digo para que no se preocupen.
Pero la verdad es que no sé como saldremos de esta situación. ¿Cómo habrá llegado James hasta esta casa? ¿Cómo sabe que estaríamos aquí? Son preguntas donde no hay respuesta. Juan me pide tranquilidad con la mirada antes de abrir la puerta, yo hago que la niña guarde silencio. Al abrir la puerta nos encontramos con James. Lleva puesta una chaqueta, tejanos y unas bambas.
-  ¿Señor Juan? – pregunta James y Juan asiente. – Le vengo a preguntar sobre Sue.
-  ¿No es la amiga de mi hija? – pregunta Juan como si no supiese nada. – La primera y última vez que la vi fue en el centro.
Yo me escondo detrás de Juan con la niña. James le cuenta que he desaparecido y ya que la última persona con la que hablo fue con él, quería saber si sabría donde podría a ver ido. Juan le responde que no sabe de mí. Después le dice que tiene prisa porque tiene que realizar un viaje con unos familiares. Juan comienza a andar con las maletas. Cuando James me ve nos quedamos mirándonos. Sonrió y sigo andando. Cerrando la puerta detrás de mí.
- Niñas mías recordad que sois unas Kyvattarius y corréis peligro – dice mi madre.
-  Lo sé madre – digo caminando hacia el coche.
-  Vuestro peligro se encuentra en el coche – dice mi madre asustada.
-  Hay una bomba – grito. – Juan el coche – grito.
Justo en el momento en que me giro cogiendo a Aurora en brazos y protegiéndola con mi cuerpo el coche explota. Me abrazo con fuerza a la niña. Siento como la niña comienza a llorar. La onda expansiva de la explosión nos hace terminar en el suelo.
Cuando consigo ponerme de pie. Me giro para buscar a Juan. Veo que esta tumbado en el suelo. Con la niña en brazos corro hacia él.
No puedo seguir ayudándote – me dice en un susurro. – Cuida de mi hija – comienzo a llorar.
-  No te va a pasar nada, llamaremos a una ambulancia – le digo.
-  Llévate tu bolsa de viaje – dice. – Se feliz con la niña.
-  Gracias por todo – le digo.
James se ha acercado a nosotros con móvil en mano. Juan ha sufrido algunas quemaduras y seguramente diversos golpes por la onda expansiva. Cojo la bolsa y llevando todo el equipaje me voy con la niña.

-  James nos tenemos que ir – digo.
-  ¿Pero lo dejaras aquí? – pregunta él persiguiéndome
-  James él lo ha deseado así – digo, él me mira y yo me rio. – James, soy Sue.